En el contexto de la actual pandemia del virus Covid-19, y con el objetivo de mitigar sus efectos sobre la sociedad, la Universidad de Buenos Aires lleva adelante el proyecto RespirAR para diseñar y crear equipamiento e insumos para el área de la salud. Y la FADU es parte importante en el diseño, ajuste y desarrollo del prototipo.

Ante un posible escenario de mayor necesidad local y regional, a partir de un aumento abrupto de contagios o infectados en estado crítico, la UBA está diseñando y fabricando insumos y equipamiento médico de bajo costo y rápida disponibilidad, que cubran los requisitos mínimos para una operación segura y robusta.

El proyecto RespirAR está compuesto por un plan de acción conformado por seis líneas en las que se trabajará en simultáneo hasta un nivel de prototipo, generando la documentación para su posterior fabricación. Uno de los seis proyectos desarrollados por la UBA es el Proyecto de Accesorios para uso de ventiladores en múltiples usuarios. El ventilador mecánico, conocido vulgarmente como respirador artificial, y es uno de los equipos más complejos. Un primer diseño está siendo probado en el Hospital de Clínicas José de San Martín (HCJSM) de la UBA.

Dentro de las acciones interdisciplinarias llevadas adelante por varias Unidades Académicas de la UBA puntualmente en la FADU, dado el equipamiento, gran conocimiento en diseño de producto y las posibilidades de desarrollo, se comenzaron a realizar piezas fundamentales en el Taller de Prototipos de la Carrera de Diseño Industrial coordinado por el Diseñador Industrial Tomás Benasso y su equipo de becarios, Gonzalo Santos y Luciano Cuomo. El equipo colaboró con el proyecto a través de una consultoría sobre tres ejes fundamentales del producto: viabilidad tecno-productiva en la coyuntura de la pandemia, usabilidad del producto, interfaz comunicacional y el diseño de un gabinete contenedor que diera respuesta a todos estos requisitos.

La Directora de la Carrera de Diseño Industrial describe esta gran oportunidad como un proceso donde “fundamentalmente las decisiones tomadas por el equipo en estos tres ejes fueron: optar por una tecnología de baja escala, es decir, la elección de un material y un proceso de transformación que pudiera concretarse de manera rápida y descentralizada. El paquete tecnológico, que utiliza solo elementos ya aprobados para uso médico es ordenado dentro de un gabinete termoformado, logrando una economía de recursos en tiempo y dinero para su fabricación. En cuanto a la usabilidad, se contempló fundamentalmente el acceso al conexionado de las mangueras de ventilación, por parte del equipo médico y al orden visual para su identificación inequívoca. La ubicación, posición y fijación de este nuevo accesorio dentro de la sala de cuidados intensivos también fue contemplada. En la comunicación se trabajó sobre la interfaz grafica, de manera muy simple reforzando el punto anterior y buscando una clara lectura del manómetro de cada paciente. El proceso requirió de varias iteraciones con un equipo interdisciplinario muy variado y un formato de trabajo presencial y a distancia” afirma Dolores Delucchi.

Trabajo interdisciplinario

La propuesta del proyecto RespirAR, a cargo del Rector de la UBA Alberto Barbieri, implicó el acompañamiento entre facultades. Actualmente, nos encontramos en las vísperas de la firma de un convenio de trabajo conjunto entre los Decano de Ingeniería, Ing. Alejandro M. Martínez, el Decano Guillermo Cabrera, de la FADU, que incluirá a otras de las sedes UBA participantes.

Con el área de terapia intensiva del Hospital de Clínicas, a cargo de la Dra. Celica Irrazábal, surgió la posibilidad de desarrollar un dispositivo que transformara los ventiladores mecánicos de los que se usan normalmente para una persona, en respiradores que se pudieran compartir entre 2 o más pacientes.

El desafío comenzó por el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Facultad de Ingeniería, dado que parte de los requerimientos de los equipos que se necesitaban fabricar eran de tipo mecánico. El equipo de investigadores y su Director, Hernán Svoboda, también responsable técnico de RespirAR UBA, desarrollaron la solicitud inicial: un respirador mínimo o un respirador de emergencia como se está desarrollando en otros países. También parte de las herramientas desarrolladas en el Laboratorio de Fluidodinámica (LFD), a cargo de Guillermo Artana, se refieren al diseño del dispositivo llamado ACRA (Ampliación de las Capacidades de Respiradores Artificiales).

La prueba de validación del dispositivo además se realizó, con animales con patologías pulmonares severas, en la sede de Ciencias Veterinarias ya que cuenta con los más modernos y equipados laboratorios para ensayo clínico y con profesionales especializados en ventilación mecánica. Que incluyó un trabajo conjunto con la cátedra de Anestesiología y Algiología, a cargo del Profesor Pablo Otero.

Estadío de desarrollo

El Taller de Prototipos DI de la FADU cuenta con los medios productivos necesarios para poder realizar diversas verificaciones del proceso proyectual y en este caso en particular, la posibilidad de fabricar una preserie del dispositivo ACRA. Varios de los componentes internos están siendo producidos digitalmente por impresoras 3D, la matricería de esta primera preserie se resuelve con técnicas artesanales. Tanto la producción de los gabinetes termoformados con dichas matrices, como todas las operaciones de corte y perforado sumado a las tareas de montaje de los componentes, se concretan con equipamiento y mano de obra del mismo taller.

Se fabricarán 20 prototipos para diversos espacios de la salud que los necesiten. Para Dolores Delucchi “La consolidación a través de un Convenio UBA de esta Red de desarrollo innovación y cooperación entre las Facultades de la UBA, representa una gran oportunidad para nuestra Facultad y todas sus Carreras. El desarrollo del proyecto ACRA nos ha permitido afianzar un espacio de intercambio y trabajo interdisciplinar muy enriquecedor,   así como posicionar  al interior de la UBA, la enorme capacidad de desarrollo e innovación que tienen nuestros profesionales y cuerpo docente en función de una perspectiva del diseño centrado en las personas”.