El miércoles 5 de junio en la Sala Simón Feldman de la FADU, invitada por la Cátedra Pucheta de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido y en articulación con el proyecto de investigación “Despatriarcar la mirada”, la directora de fotografía de la película “La mujer de los perros”, Soledad Rodríguez (ADF), desmenuzó visualmente este interesante documental.

La mujer de los perros es una película dramática argentina de 2015, dirigida por Laura Citarella y Verónica Llinás, donde una mujer vive con sus diez perros en un refugio construido por ella misma a algunos kilómetros de la ciudad. La protagonista de esta película es la mujer, sus perros y su vida en los márgenes, entre lo urbano y lo rural, dividida en las estaciones del año.

Con el pañuelo verde de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito desplegado sobre la mesa (acompañando el lema de la investigación) y disfrutando de un chupetín, Soledad propuso una charla distendida con la proyección de diversos fragmentos del film. La acompañaron María Laura Vázquez, directora del proyecto “Despatriarcar la mirada”, Laura caligiuri y Florencia Caligiuri encargadas de la dirección de arte de la película. Durante el encuentro se proyectaron diferentes partes del film.

“La propuesta de la película era por fuera de los estándares de cómo hacer una película” expresó Soledad, quien nunca había pensado el despatriarcar la mirada dentro de un marco teórico, pero sin planteárselo tenía que ver con eso, viviendo una experiencia que las atravesó en cuerpo y en alma a todas las mujeres que participaron del rodaje. “No había un equipo de asistentes, éramos un grupo de mujeres creando nuestro propio lenguaje”, si aclaró que colaboraron hombres en la producción, pero claramente la idea era generar un proyecto contado por mujeres.

La mujer de los perros no contó con guión técnico ni literario, arrojándose a la vida de la Reja (Moreno), con un rodaje que duró 2 años. Al principio, Soledad pensó la película desde un punto de vista de un perro o una presencia animal. Algo salvaje, similar a esa “incivilización” que tenía la protagonista. Lo que filmaban era cuasi documental, ya que los perros eran de Llinás, no entrenados “siempre eramos más perros que equipo” y se grabó en su casa, construyendo el refugio del personaje en el patio. La escena de misa era real al igual que el hospital, con lo cual utilizaron pocos recursos económicos.

Para cada estación del año había un solo vestuario para el personaje. “Tenía que ver con el hecho de no saber quien es, de donde viene, la construcción misma de ese personaje”. No hubo demasiado control de luz, respetaron las luces propias de la estación de verano, hasta una escena únicamente con velas se filmó con esa luz. Haciendo que todas las decisiones compongan ese lenguaje y crearán una clima que trascienda lo que se cuenta.

Vázquez entiende a la fotografía como un lenguaje que no está aislado de ninguna instancia estética o política, enseñando fotografía no como fórmula. Sin mostrar el final de la obra, claramente para evitar spoilear, Soledad Rodríguez concluyó reflexionando que fue una película donde hubo mucha libertad, un esperar del mirar y que se armó desde una hermandad del equipo.


Ficha Técnica

Dirección
Laura Citarella & Verónica Llinás

Estreno
3 de septiembre de 2015

Género
Drama

Duración
98 minutos

SAM13