En el marco del Ciclo 2019 de colaboración IFA/FADU la diseñadora gráfica francesa Laurence Madrelle esta semana brindó la charla “Los proyectos no se escriben sobre una página en blanco” en la FADU.

A sala completa, estudiantes y público en general ocuparon hasta los pasillos del aula taller Simón Feldman. El Vicedecano Carlos Venancio recibió e inauguró la charla destacando la importancia del intercambio cultural, al recordar cuando hace algunos años la FADU tuvo una interesante experiencia con estudiantes también francesas. Una de las alumnas de intercambio de arquitectura quería cursar tipografía I, de la Carrera de Diseño Gráfico, y terminó siendo una de las mejores lo que daba cuenta de la riqueza del intercambio.

Madrelle define a un diseñador gráfico como un generalista de la puesta en forma que dibuja los objetos de un proceso de comunicación según sus designios. Recordó también que se embarcó a los Estados Unidos, para realizar sus estudios, pero el espíritu que reina  aquí en la FADU le hace pensar en lo que fueron las bellas artes en Francia de antaño.

Creó LM communiquer & associés, donde se mudó con dos arquitectos y expresó que en sus proyectos quiso dedicarse a temas que tuvieran un interés cultural y social, destinado al ciudadano no al consumidor. Afirma que “la ciudad se construye cómo, para quién, con quién, porque y a quién le hace bien”. Así diariamente los temas que abordaba pasaban de la lucha contra el Sida, a la comunicación de proyectos urbanos, pasando por el Centro Nacional de las Letras, el Centro de los Monumentos Nacionales, identidad, ciudades de arte e historia, hasta señalética de hospitales, bibliotecas y museos, instalación de signos para las ciudades en construcción.

La interesante charla se desarrolló con la producción con la que Laurence viene trabajando con su equipo de diseñadores gráficos, web, industriales, arquitectos, fotógrafos y estudiantes de letras. Los tres proyectos se tratan de lugares que marcaron la historia.

Tal es el caso del proyecto en Ville d’Yverdon-les-Bains, una ciudad y comuna suiza, que tenía miedo de convertirse en una ciudad dormitorio y necesitaban renovar su imagen. Querían un sistema de información y orientación urbana, que permitiera comprender las interfaces de los distintos modos de desplazamiento, desde el tren hasta el auto, para poder dirigir a las personas hasta las instituciones culturales, deportivas, negocios, para reforzar la identidad de la ciudad. La señalización hasta ese momento era confusa. Madrelle recuerda que le propusieron una estrategia en torno a tres temas importantes de la ciudad, el agua, los árboles y la tecnología. Iluminaron puentes, que los árboles marcaran un recorrido, las nuevas tecnologías hicieron que se abandone la chatarra.

El segundo proyecto fue del campo de concentración al memorial en Compiègne. En 1940 se convirtió en un campo de prisioneros militares. De 1941 a 1944 fue utilizado por los alemanes como uno de los principales campos de tránsito en Francia donde encerraron a las víctimas de la Schutzhaft. Más de 54.000 judíos, miembros de la resistencia, militantes sindicales y políticos, fueron internados allí. Se conservaron 3 de los edificios, el alambre paso a ser muro, y en la entrada principal una puerta con los nombres de las víctimas. Adentro hace 13 grados, no hay calefacción, no se cambiaron las ventanas, todo lo que se añadió esta sobre las paredes originales en bruto y que es visible. Hoy tiene un recorrido histórico y jardín de la memoria.

Y finalizó con el proyecto de la rehabilitación de la estación de Le Bourge que durante la Segunda Guerra Mundial, 42 trenes de deportados que procedían del campo de internamiento de Drancy salieron de la estación en dirección a los campos de concentración de Auschwitz. “Era un lugar que hablaba por sí mismo”. Le solicitaron colocar signos, porque las visitas eran guiadas. Se transformó en un lugar de historia. Una placa en la vía pública, contando la historia del lugar, incrustaron un mapa en las baldosas con las lines del tren, una placa horizontal que de forma cronológica indicará el año, el nombre y apellido de cada persona que fue subida en el vagón, la cantidad de personas que viajaban, su traslado.