Javier Sánchez Gómez

(1936-2020).

Como parte de la generación que comenzó a estudiar en la FADU con el regreso de la democracia recuerdo esos años con mucha emoción por el fervor y la energía que estudiantes y profesores compartíamos en los talleres.

Talleres multitudinarios llenos de entusiasmo con la responsabilidad de saber que estábamos comenzando una nueva etapa, uno de esos talleres era el que dirigían Javier Sanchez Gomez junto a Ignacio Lopatín y Berto Berdichevsky; Javier, en forma simultánea, llevaba adelante la Secretaría Académica durante estos difíciles primeros años de organización de la nueva estructura de la facultad.

Desde el principio siempre me asombró la pasión, la claridad y la simpleza con la que Javier transmitía sus conocimientos y vivencias a los estudiantes y al equipo docente. Todavía recuerdo con nostalgia aquellas conversaciones junto a Campanella y Vivi Margaruchi, encargados del primer año, que nos sumergían en el mundo de la cultura arquitectónica, sin dudas fueron momentos de gran estímulo e inspiración para todos. Ese primer año Javier decide realizar un libro que registre los trabajos de la cátedra y para ello selecciona un grupo de estudiantes para redibujar los mejores proyectos del taller. Esa experiencia me permitió compartir, luego de las clases, el mundo del estudio M|SG|S|S, de modo que muchas mañanas me subía con Javier al auto y nos íbamos al estudio de la calle Florida. Recuerdo la enorme paciencia que tenía para acercarse a cada uno de nosotros, novatos de primer año, para explicarnos una y otra vez desde como “leer un contexto” hasta como “calcular una escalera”, sin dudas para Javier no había división entre el mundo de la academia y el profesional, era uno solo. Lo recuerdo siempre presente en el taller, dispuesto para que te acercaras a corregir con él, dispuesto a escuchar, informado de todo lo que allí sucedía, inquieto, generoso, siempre cerca con una palabra de aliento y con una mirada crítica y constructiva. También viene a mi memoria su entusiasmo y apoyo incondicional con la tarea que desarrollamos, junto con Jaime Grinberg, en el Museo de Maquetas, siempre se acercaba para conversar y acercar sus opiniones, también para colaborar desinteresadamente con el equipamiento del Museo.

Durante los últimos años, a pesar del debilitamiento de su salud, seguía viniendo a la FADU, al taller, con el mismo entusiasmo y la misma pasión. Recuerdo encontrarlo en el bar de profesores donde muchos de sus ex estudiantes nos acercábamos espontáneamente a su mesa para conversar sobre arquitectura, el taller o como motivar a los jóvenes. La última vez que lo vi fue recorriendo la muestra de los trabajos del fin del año pasado, como un estudiante más, mezclado en la multitud, observando, compartiendo alguna sugerencia o felicitando por algún logro detectado en alguno de los trabajos allí expuestos.

Uno más en su querida FADU, te vamos a extrañar Javier.
Gracias Maestro, hasta siempre!

Roberto Busnelli, arq.

Profesor de la FADU UBA, ex alumno de los 5 niveles del Taller Sánchez Gómez, ex docente del Taller Sánchez Gómez y trabajó varios años en su estudio profesional.